El cuidado de la boca es una de las tareas importantes de nuestra higiene diaria y para ello debemos contar con el material adecuado, tanto el cepillo como la pasta dentífrica, pues dependiendo de nuestra boca deberemos usar una u otra.
Es fundamental que cualquier dentífrico que utilicemos cumpla con esta serie de características para que sea efectivo:
- Cuando se usa adecuadamente debe eliminar la placa, las manchas y los restos de alimentos
- Dejar en la boca una sensación de frescura y limpieza
- Reforzar los dientes y poseer una acción profiláctica
- Cumplir con los requerimientos en cuanto a su abrasividad para el esmalte y la dentina
Además de cumplir con estos requisitos, debemos saber elegir el dentífrico adecuado para nuestra boca pudiendo diferenciar entre:
Anticaries con flúor. Es el principio activo más efectivo para la prevención de las caries. Ayuda al proceso de remineralización de los dientes, disminuye la hipersensibilidad dental y tiene una cierta acción contra la placa dental actuando frente a la formación de la placa bacteriana.
Para la sensibilidad dental. Actúan tapando los poros que se han producido en la dentina y que conectan con los nervios del diente, disminuyendo las sensaciones de dolor frente a los cambios de temperatura.
Antiplaca, con sustancias antimicrobianas. Tienen componentes que actúan sobre la placa, eliminando los microorganismos, impidiendo la formación de la matriz de la placa, eliminando la placa formada y protegiendo las encías. El método para retardar los efectos nocivos de la placa es añadir a la pasta un agente antiséptico. Generalmente su uso está indicado para combatir enfermedades en las encías.
Antisarro. Evita la calcificación de la placa bacteriana y por tanto, la formación de sarro.
Blanqueadores. Añaden sustancias blanqueadoras, que tienen mayor rendimiento después de un tratamiento blanqueador en una clínica dental, por lo que podemos considerarlos dentífricos de mantenimiento.
Enjuagues bucales. Se utilizan para limpiar y refrescar la boca y podemos diferenciar tres tipos: los que no tienen alcohol, los colutorios (con menos de un 20% de alcohol) y los elixires con un contenido en alcohol superior al 50%.
Para conseguir el dentífrico apropiado lo mejor es consultar con el dentista, que recomendará el más adecuado para el paciente.